jueves, 9 de junio de 2011

Festejo bicentenario, en el día aniversario

Es curioso, pero el año en que Nacional volvió a saborear las mieles de un campeonato, en el Torneo Clausura de 2009, se habían cumplido exactamente 100 años de su primera conquista, en la historia del futbol paraguayo. Y este año, el logro obtenido el pasado domingo, por el Torneo Apertura, en el marco de las celebraciones del Bicentenario de la Independencia de la Patria, se concretó otros cien años después del segundo, logrado en 1911. Y ese fue, como todos saben, el año del Centenario de la revolución de Mayo, aunque no hubo festejos. Cuartelazos, asonadas y revoluciones postergaron la fiesta hasta 1914, cuando los ánimos, las aguas y las pasiones se calmaron un poco.

Y un hecho más se suma a la conquista tricolor de este año: ocurrió el día en que Nacional celebraba sus 107 años de vida institucional, motivo demás para festejar largamente esta conquista.

A la sombra del Yvapovo

Vale la pena aprovechar estas circunstancias para rememorar algunas cosas que hacen a la vida del club. Este fue fundado el 5 de junio de 1905 bajo la sombra de un gigantesco Yvapovo, que prestaba su frescura para as calurosas siestas del estío, ene la esquina de la Avenida Colombia (años después renombrada como Mariscal López) y Brasil, que una furiosa tormenta derribó, en los años ’80, día en que –además-desapareció una artística placa de bronce que recordaba su fundación. Allí se reunió un grupo de jóvenes para dar vida a un nuevo club.

El nombre de la Institución fue elegido por sus fundadores, en homenaje y reconocimiento a la institución educativa en la cual cursaban sus estudios: el histórico Colegio Nacional. El hombre que nucleó a ese bravo conjunto de estudiantes deportistas fue Alejandrito Deluden, a quien su padre, en premio a sus estudios, había obsequiado un equipo completo de fútbol, incluyendo los arcos, que había traído de Buenos Aires.

Su primer presidente fue el señor Víctor A.  Paredes Gómez y suscribieron el acta fundacional los jóvenes: Ángel Molinas, Adolfo Viveros, Sergio Mazó, Víctor Paredes, Blas Gutiérrez, Maximiliano Cardozo, Fernando Urdapilleta, Irenarco Candia, Octaviano Rivarola, Teodoro  Decoud, Raúl Pereira Ortiz, Pedro Cáceres, Carlos Frutos, Roque Encina, Pedro Galli Valdovinos, Manuel Viveros, y Alejandro Deluden. La reunión se llevó a cabo en la casa del joven Ángel Molinas, sobre la calle Brasil número 142,  en cuya esquina ya existía el viejo Yvapovo, a cuya sombra deliberaron los muchachos antes de ingresar en la mencionada casa. Así nació la gloriosa «Academia».

Canchas y camisetas

La primera casaca del Nacional fue totalmente blanca y luego fue adoptada la verde y blanca a franjas verticales. Recién muchos años después, el homónimo Club Nacional de Montevideo le obsequió un juego de camisetas, sustituyendo el escudo azul y blanco por el tricolor que hasta hoy los albos llevan en el pecho. Su  primera cancha estaba ubicada en la Quinta Steward, sobre la calle Salinares, actual Avenida Perú. Luego del fallecimiento de su propietario, el Dr. Guillermo Steward, el Nacional se trasladó a la «Curva San Miguel», donde el terreno era malo y obligó al club a seguir trajinando hasta llegar a «Laguna Paute».

Siempre deambulando,  los alegres muchachos llegaron a un lugar próximo a la Estación Tacumbú para finalmente,  y con gran sacrificio, lograr adquirir un predio propio en la calle Iturbe y Cuarta Proyectada, que el público denominó la «Cancha de los Eucaliptus», donde tantas páginas gloriosas escribió la inmortal Academia. Fue allí donde jugaron Arsenio Erico y sus hermanos. El predio actual fue adquirido en el año 1938 y más tarde fue denominado, con justicia, Estadio Arsenio Erico.

Precisamente en esa época, el Club fue compelido a cambiar de nombre, en virtud de un decreto que prohibía la utilización de ese vocablo a instituciones que no eran estatales. Nacional obtuvo a su favor una excepción, y conservó el nombre con el cual fue fundado.

Las horas de gloria

Su primer campeonato lo obtuvo en 1909, tras superar en un partido final con Libertad, el 21 de noviembre de ese año. Ambos equipos llegaron empatados en 15 puntos, uno más que Olimpia que resignó la punta, en la última fecha. El partido final fuer arbitrado por William Paats. Cuenta la historia que “El Capitán del Nacional, señor Bernardo Samaniego, ganó la suerte de jugar en el declive y el viento a su favor. Nacional: goal, J. Silva; backes, D. Samaniego y J. Erico; halves, C. Pruyel, B. Samaniego y Velazco; forwards; G. Ferreira, C. Molinas, Pedro Rodríguez, J. Erico y C. Erico. El Capitán del Libertad formó su team del siguiente modo: goal, Olmedo; backes, Anselmo Rodríguez y Epifanio la Fuente; halves, José Otazú, C. Otazú y Rafael Rojas; forwards, Medina, Villamayor , Ignacio Medina, Andreani y J. Prieto”. Nacional se adelantó en el marcador con dos goles de Ferreira antes de los 10 minutos de juego. Libertad descontó por medio de Medina, pero después Rojas tiró afuera un penal. En el segundo tiempo, Molinas anotó un gol más para Nacional que se impuso, finalmente, por 3-1.

En el año del Centenario de la Independencia, también fue Nacional el campeón. Fue un año de revueltas y asonadas, que le costó la vida a Adolfo Riquelme, inspirador de la Liga Paraguaya de Futbol, asesinado el 17 de marzo de 1911. Su cadáver nunca fue encontrado. Ese año dejo El Mbigua de participar en los torneos de fútbol y se anota como curiosidad histórica y única, la actuación de una mujer en filas de Nacional, hecho que no fue advertido el día del partido, pero que después fue prohibido. Fue el 20 de julio de 1911, en un partido contra Olimpia. Según la Web de Nacional, dicha señorita se llamaba María Antonia Martínez.

Pasaron los años, y Nacional volvió a brillar en los años de 1924 y de 1926. Desde entonces, pasaron unos cuantos año alcanzar nuevos títulos, como los de 1942 y 1946. De aquí en adelante, tuvieron que pasar 63 años y 100 del primer titulo, para que los albos del Siglo XXI volvieran a sentir en la piel la gloria de ser campeones, tal como ocurriera el domingo pasado, en una electrizante definición.

Por el título, por el cumpleaños, y por el bicentenario: ¡Salud, Salud, Salud!






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