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CRONICA DE UN LIBRO ANUNCIADOEl lunes 18 de junio, el fútbol asociado cumple 106 años en el Paraguay. Para celebrar el acontecimiento y habida cuenta que la primera selección se formó en 1910, la APF, a traves de su presidente (y amig personal) en encargó escribir la historia de los 100 años de la seleccion. Debia haber salido en 2010, pero quisimos esperar la Copa del Mundo y la Copa America 2011, de modo que por esas cosas raras que ocurren en el Paraguay, la historia de 100 años, tiene 102...
Pero valio la pena. Será presentado en la gala anual del futbol, en el Centro de Convenciones de la Conmebol el lunes 18 de Junio. En mi blog, pitotroche deportivo, pueden leer el prólogo, y proximamente, la version digital en internet.
PROLOGO DEL LIBRO
PROLOGO DEL AUTOR
Siempre
es grato escribir sobre cuestiones que uno le gusta. Tengo conciencia del
futbol paraguayo desde aquellas noches de 1949, siendo niño aún, prendido a una
radio Telefunken junto a mi padre y mis hermanos, escuchando la transmisión de la Copa América de
Brasil, donde llegamos a discutir el campeonato con la selección local que se
preparaba para el mundial del año siguiente. Desde entonces y hasta hoy una
intensa emoción me embarga cada vez que veo en acción a nuestra querida
albirroja.
A
lo largo de la historia, hay recuerdos imborrables, como la noche del Miércoles
Santo 1 de abril, en la que nos consagramos campeones, en Lima, y la quietud y
solemnidad de los días santos, fue abruptamente interrumpida por los
desbordantes festejos de aquella noche inolvidable. O la larga caravana, desde
la parada del tranvía 5, frente a la antigua iglesia de Las Mercedes, que
peregrinaba hacia la cancha de Libertad, convertida en santuario del fútbol,
cuando las eliminatorias de 1954. O aquella tarde del 14 de julio de 1957
cuando haciendo postas en camiones, camionetas y autos, llegué a las antiguas
graderías del Norte del estadio de Sajonia, justo cuando Ángel Jara Saguier
movía la pelota, y comenzaba aquel histórico partido que terminaría 5-0 frente
a Uruguay, y nos colocaría entre los 16 mejores equipos del mundo, que luego
compitieron en el Mundial de Suecia, el año siguiente.
Para
un amante del fútbol la selección es algo especial, capaz de hacer olvidar los
colores de nuestros clubes, nuestras diferencias y argelerías propias del
fanatismo personal, para palpitar como un solo corazón, bajo el influjo de esa
albirroja que tantas alegrías nos regaló y a la cual seguimos amando pese a los
años de frustraciones y desencantos. Ocurrió en las eliminatorias de México, en
1961. Se repitió con el escandaloso robo, en Buenos Aires, el 7 de octubre de
1973, y en las veces que la FIFA
o la CONMEBOL,
quien quiera que haya sido, nos condenaron a ser victimas, una y otra vez, de
los dos grandes del fútbol sudamericano.
Hasta
que un paraguayo, inspirado en los sagrados postulados del deporte y a
sabiendas e que con el formato de las eliminatorias hasta el mundial de Estados
Unidos, en 1994, los equipos chicos –nosotros, Bolivia, Ecuador, Colombia,
Chile, Venezuela, Perú- teníamos pocas o ninguna posibilidad de llegar a las
finales mundialistas. Y se creó el sistema actual que permitió que en los
últimos cuatro campeonatos del mundo quedara solamente una selección sin llegar
a la gran cita ecuménica, poniendo muchas veces en serios aprietos a los
grandes, y dejando en el camino alguna vez a uno de nuestros campeones
mundiales.
Por
eso la selección se ha convertido en el icono mas preciado del deportista
paraguayo, porque ya le regaló cuatro campeonatos del mundo, y se convirtió en
Atenas, en 1994, en el único deporte paraguayo, ganador de una medalla
olímpica, y nada menos que de plata.
Este
libro está escrito con pasión, reviviendo en la memoria y en corazón todos los
momentos vividos desde 1950 hasta la fecha. Imaginando cómo habrá sido aquella
tarde octubre de 1921, cuando a Gerardo Rivas confundiéndole con un pibe a la
caza de una entrada gratuita le impidieron llegar al estadio de Sportivo
Barracas. Y cuando se deshizo la confusión, y luego del partido, fue paseado en
andas, por haber anotado el primer gol paraguayo en la historia de la Copa América, y conducido al
equipo a un triunfo de memoria imborrable.
Así,
paso a paso, a lo largo de 112 años, si contamos que la primera selección
formada oficialmente enfrentó, el 24 de mayo de 1910, a un equipo
correntino, en la vecina ciudad argentina, igualando 0-0, aunque los encuentros
considerados oficiales hayan empezado recién en 1919, y frente a la selección
argentina, y se hayan repetido sin pausa, excepto en los años de la Guerra del Chaco- hasta
nuestros días.
Este
documento es pues también un tributo a quienes durante este siglo y pico han
dado vida a innumerables selecciones paraguayas y han sido artífices de
inolvidables jornadas de gloria.
José María Troche